
sábado, 22 de junio de 2013
Pintar la paz
"Había una vez un Rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz
perfecta.
Muchos artistas lo intentaron...
El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente
hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que
escoger entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un
espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas
montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un
cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos
quienes miraron esta pintura pensaron que reflejaba la paz
perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran
escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un
cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos
y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un
espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para
nada pacífico. Pero cuando el Rey observó
cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto
creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se
encontraba un nido. Allí, en medio de del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un
pajarito en el medio de su nido... la paz perfecta.
¿Cuál crees que fue la pintura ganadora?
El Rey escogió la segunda. ¿Sabes porqué?
“Porque," explicaba el Rey, "Paz no significa estar en un
lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin
dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas
estas cosas permanezcamos calmados dentro de
nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."
Página del facebook: Tren de la vida
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